Como cada 2 de abril, conmemoramos el heroísmo de aquellos compatriotas que ofrendaron sus vidas defendiendo nuestra soberanía nacional en aquellas lejanas y frías tierras, pero el recuerdo emocionado hacia ellos es permanente en nuestros corazones.
Por siempre honraremos la valentía de aquellos soldados de la Nación que enfrentaron a las fuerzas del Reino Unido, especialmente la de los conscriptos que, sin la adecuada preparación militar, tuvieron que combatir a un enemigo altamente profesionalizado.
Honor y Gloria, y reconocimiento y respeto para nuestros Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas. Es deber de todo argentino mantener siempre vivo el reclamo de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio hoy usurpado por el imperio británico.
Nuestro sincero recuerdo a los familiares de nuestros soldados, que sufrieron más que nadie la trasnochada decisión bélica tomada por la dictadura militar de ocupar las islas por la fuerza.
No nos olvidamos tampoco de aquellos compatriotas combatientes que aún sufren las consecuencias del conflicto y de aquellos que, como consecuencia de las secuelas y traumas de la guerra, terminaron quitándose la vida.
Malvinas es una herida abierta para el conjunto de la sociedad y sólo cicatrizará cuando vuelva a flamear sobre ese espacio nacional nuestra enseña patria. No obstante, es preciso señalar que la tarea de recuperación de nuestras Islas Malvinas deberá indefectiblemente circunscribirse a las prescripciones del Derecho Internacional, donde nos asiste la razón. Así lo ha certificado Naciones Unidas desde 1960, a través de la Resolución 1514, mediante la cual proclama “la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”.
Comisión Directiva
Sindicato de Empleados de Comercio de Gualeguaychú