Por Lic. Gustavo Marangoni
La idea original del Gobierno era un service parcial al programa y dejar una corrección más importante para luego de las elecciones. Pretendiendo mantener el esquema cambiario – monetario y el proceso des-inflacionario y teniendo a la vez ancladas las expectativas.
Una sucesión de errores (auto-infligidos) tanto políticos como económicos (baja del craw al 1%, pésimo manejo de la negociación con el FMI, deriva discursiva del Ministro, etc.) aceleraron los tiempos y obligaron a ir más lejos de lo previsto.
El acelerado deterioro del programa traducido en la pérdida de reservas y la lesión en la credibilidad de los agentes económicos. La crisis global agravó este proceso. Ahora juegan fuerte y con un paquete de USD más robusto, el FMI exige y consigue algo más de shock expresado concretamente en: flotación en bandas, pauta de acumulación de reservas, remoción de gran parte del Cepo. En definitiva, sacar controles e intentar flotar. Para ellos se requieren muchos USD: stocks (que son los del FMI e IFIS) y flujo (se necesitan los del agro si o si).
Riesgos: puede haber salto del tipo de cambio, más presión en la inflación (al menos por abril y mayo) e interrupción del proceso des-inflacionario que es el puntal político para sostener al presidente en la opinión pública.
El timing no es el mejor, dado que esto llega en medio de la tormenta global y el inicio del proceso eleccionario. Además, siempre cabe recordar que somos ahorradores en USD por naturaleza y ahora se abren las compuertas. Todo un desafío.
Sin embargo, aumentan las posibilidades de una recuperación más sustentable basada en exportaciones más competitivas e inversiones por salida parcial del cepo y mejor tipo de cambio. A partir de ahora hay que seguir con atención; el nivel en el cual se ubicará la cotización de la divisa, esto es cuán cerca del tope superior de la banda, las compras netas del BCRA y el comportamiento de los precios. También, vía encuestas y resultados electorales provinciales, impacto en la opinión pública.
